Français | Subtítulos: Castellano/English (.srt)
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742 MB
Farther Than Sex /Anatomy of a Relationship/Anatomía de una relación
"For me," Luc Moullet wrote, "there isn't intelligence and stupidity, but intelligence-stupidity." A Cahiers
critic who championed Samuel Fuller as an "intelligent primitive,"
Moullet turned to directing well after his comrades (Godard, Truffaut,
et al.), and has been playing catch-up ever since. With one exception,
the movies in International House's "5 Comic Films" showcase are
emphatically unserious, teetering concatenations of moth-eaten gags
splintered with Dadaist verve. Moullet has said his "main aim is to make
people laugh," but he lacks the killer instinct of a natural comedian.
Even though his features typically run less than 90 minutes, they're
never rushed; for all their frenetic dislocations, they're somehow
restful.
Fond of barren landscapes, blackout gags and Sisyphean slopes, Moullet
is, like the Parisian rebels of May 1968, "Marxiste, tendence Groucho," a
slapstick anarchist who expresses his hostility to the modern world by
refusing to take it seriously. (...)
The series' most atypical entry is Anatomy of a Relationship
(1975), co-directed with Moullet's wife Antonietta Pizzorno. With
Moullet as himself and Christine Hébert as an obvious Pizzorno stand-in,
Anatomy dissects in painful detail the sexual dysfunction in
its makers' marriage. Hébert demands clitoral orgasms, and Moullet
lamely parries, "It's just a matter of an inch or so -- it's all part
of the same system." Calling himself "the first victim" of the sexual
revolution, Moullet paradoxically comes off the better of the two, or at
least the more willing to bear the ugliest parts of himself; even a
joke sequence observing that sewer holes are perfectly sized to swallow
up film canisters betrays a trace of vaginal horror.
"Para mí," escribió Luc Moullet, "no hay inteligencia y estupidez, sino más bien inteligencia-estupidez." Crítico de los Cahiers
que definiera admirativamente a Samuel Fuller como "un inteligente
primitivo", Moullet pasó a la dirección bastante después que sus
compañeros (Godard, Truffaut, etc.), y desde entonces intentaría
alcanzarlos. Con una sola excepción, los films de esta compilación son
encadenamientos tambaleantes y enfáticamente burlescos de desvencijados
gags, astillados con brío dadaísta. Moullet ha dicho en más de una
ocasión que su "principal objetivo es hacer reír a la gente," pero
carece del instinto asesino de un comediante nato. Aun cuando sus films
duran típicamente menos de 90m, nunca se aceleran: a pesar de todas sus
frenéticas dislocaciones, son de algún modo reposados.
Aficionado a los paisajes yermos, a los gags lacunares, y a las
pendientes sisífeas, Moullet es, como los rebeldes parisinos de Mayo del
'68, "marxista de tendencia grouchiana", un anarquista bufonesco que
expresa su hostilidad hacia el mundo moderno simplemente rehusándose a
tomarlo en serio.(...)
El ítem más atípico de la serie es Anatomía de una relación, codirigido con Antonietta Pizzorno, la mujer de Moullet. Con Moullet haciendo de sí mismo, y Christine Hébert como obvio alter ego de la Pizzorno, Anatomía...
disecciona en doloroso detalle la disfunción sexual en el matrimonio de
sus hacedores. Hébert exige orgasmos clitorales, y Moullet se escurre
lastimosamente: "Es cuestión de un milímetro más o menos... Y todo es
parte del mismo sistema." Llamándose a sí mismo "primera víctima" de la
revolución sexual, Moullet es paradójicamente el que sale mejor parado
de los dos, al menos el más voluntarioso en eso de aceptar la parte más
fea de uno mismo; incluso, una secuencia jocosa con la observación de
que las bocas de las alcantarillas están perfectamente dimensionadas
para tragarse latas de película, delata rastros de horror vaginal.
Sam Adams, Philadelphia City Paper
“One can bet this film will be a flop. That’s good for me; I’ll have the opportunity of stealing it one day.”
"Podemos estar seguros de que este film será un fiasco. Yo lo tomo como
una buena noticia: algún día tendré la oportunidad de robármelo."
Jean Eustache
Just for the record, it was LM and not Godard who first observed that
morality is a matter of tracking shots (“La morale est affaire de
travellings”), in the course of his remarkable “Sam Fuller sur les
brisées de Marlowe” [”Sam Fuller in the Footsteps of Marlowe”]
(Christopher, not Philip) in Cahiers du cinéma no. 93. When Godard
picked up the idea and inject it into a Cahiers discussion of Hiroshima,
mon amour four months later (no. 97), he gave the phrase more currency
by standing it on its head: “Les travellings sont affaire de morale.“
Much of LM’s work can be seen in the shadow of pre-1968 Godard: use of
Hollywood genres, along with a dismemberment of many of the parti pris
of Hollywood narrative; an anarchist thrust often involving a flight
from civilization; a deadpan, often boorish kind of humor in handling
male actors that always makes one aware of the presence of mug in smug
(Belmondo and Szabo in all their Godard appearances, Jean-Pierre
Melville in Breathless, the louts in Les carabiniers, etc.);
self-reflexive references to the film you’re watching. Yet whether by
design or default, most of LM’s echoes of Godard tend to come as rather
devastating critiques of his mentor, perhaps because LM is a
light-hearted humanist and Godard is not, so that, for example, Les
contrebandières can be read as a “deconstruction” of Les carabiniers,
just as Les carabiniers “deconstructs” the war film. LM has also alluded
to an important class difference between them — Godard’s bourgeois
background versus his own peasant origins — which helps to distinguish
their styles and attitudes.Sólo para dejar constancia: fue Luc Moullet y no Godard el primero en afirmar que la moral es cosa de travellings (“La morale est affaire de travellings”), en el curso de su notable “Sam Fuller sur les brisées de Marlowe” [”Sam Fuller en la senda de Marlowe”] (Christopher, no Philip) en Cahiers du cinéma nº 93. Cuando Godard recogió la idea y la introdujo cuatro meses más tarde en una discusión sobre Hiroshima, mon amour (Cahiers nº 97), le dio a la frase más gancho poniéndola patas para arriba: “Les travellings sont affaire de morale.“
Mucho de la obra de LM puede ser visto a la sombra del Godard pre-68: uso de los géneros de Hollywood, junto con el descuartizamiento de muchas de las opciones narrativas hollywoodenses; un impulso anarquista que conlleva muchas veces una fuga de la civilización; un humor inexpresivo, a menudo zafio, en el modo de tratar a los actores masculinos, que siempre nos hace conscientes de su presencia en el personaje (Belmondo y Szabo en todas sus apariciones en films de Godard, Jean-Pierre Melville en Sin aliento, los patanes de Les Carabiniers, etc.); referencias autorreflexivas al film que uno está mirando... Pero, ya sea por designio o por error, la mayor parte de los ecos de Godard en LM tienden a funcionar como críticas bastante devastadoras de su mentor, quizás porque Moullet es un desenfadado humanista, y Godard no: de modo que, por ejemplo, Les Contrebandières puede ser vista como una "desconstrucción" de Les Carabiniers, así como este último "desconstruía" por su parte el film de guerra. LM ha aludido en ocasiones a una importante diferencia de clase entre ellos -los orígenes de Godard en la alta burguesía, contra su propia procedencia campesina- que ayudaría a distinguir entre sus estilos y actitudes.
Jonathan Rosenbaum, "À la recherche de Luc Moullet: 25 Propositions"
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