11 mayo, 2022

Philippe Garrel - Liberté, la nuit (1983)

  
Français | Subs: Castellano, English
78 min | x-264 698x436 ~> 775x436 | 2450 kb/s | 256 kb/s AC3 | 24 fps
1.54GB
Paris en pleine guerre d’Algérie. Mariés depuis longtemps, Jean et Mouche sont en train de se séparer . Jean est instituteur ; Mouche fait chez elle des travaux de couture. Sans que l’autre le sache, chacun d’eux est engagé aux côtés du FLN. 
París, en plena guerra de Argelia. Tras largos años juntos, Jean y Mouche están a punto de separarse. Jean es maestro, Mouche hace labores de costura en su casa. Sin que el otro lo sepa, ambos colaboran cada uno por su lado con las actividades del FLN.

Liberté, la nuit, a title with a comma in the middle for a film divided in two parts. A film in black and white with a dark side and a jovial side. The first part of the title evokes politics, as the story recalls the days of the Algerian War of Independence; the second part represents the mood that hovers over the eminently painful images. There isn’t even a hint of daylight in the freedom of the title. It only lives metaphorically in the darkness and languor of the night.
Liberté, la nuit, un título con una coma en el medio para un film dividido en dos partes. Un film en blanco y negro con un lado oscuro y un lado jovial. La primera parte del título evoca la política, cuando la historia recuerda los días de la Guerra de Independencia argelina; la segunda parte representa el estado de ánimo que se cierne sobre las imágenes eminentemente dolorosas. No hay una pizca de luz solar en la libertad del título: ésta vive apenas metafóricamente en la oscuridad y en la languidez nocturna.
Violeta Kovacsics, en Quim Casas (ed.): Philippe Garrel, el cine revelado
..an attempt by Garrel to convert his brand of romantic poetry into haunted newsreel prose.
...un intento de Garrel por convertir su característica poesía romántica en angustiada prosa de noticiero.
Jonathan Rosenbaum
Liberté, la nuit, fait même entrer par la grande porte l’Histoire et la politique dans un univers où jusque là elles semblaient fort lointaines. Bien sûr, il ne faut pas s’attendre à une tentative de reconstitution scrupuleuse de l’époque de la Guerre d’Algérie. Quelques détails (objets, vêtements), les noms propres entendus ci et là (De Gaulle, l’OAS, le FLN) et le noir et blanc incandescent de Pascal Laperrousaz suffisent à rendre palpable à l’écran une atmosphère menaçante de guerre civile non déclarée dans les extérieurs filmés dans un Paris de 1983 aux allures fantomatiques.
Liberté, la nuit, hace incluso entrar por la puerta grande a la Historia y a la política en un universo en el que justo ellas parecían muy lejanas. Por cierto, no hay que esperar una tentativa de reconstrucción escrupulosa de la época de la guerra de Argelia. Algunos detalles (objetos, la ropa), nombres propios oídos aquí y allá (De Gaulle, OAS, FLN) y el blanco y negro incandescente de Pascal Laperrousaz bastan para hacer palpable en la pantalla una atmósfera amenazante de guerra civil en un París de 1983 de ribetes fantasmales.
Claude Riffel, Avoir-alire.com 
Working with minuscule budgets in relative obscurity, appreciated by a small number of dedicated fans but ignored by the mainstream to the point that only one of his films has been released in the Anglophone world (his first feature, Marie pour mémoire in 1967), Philippe Garrel is the archetypal romantic loner poet. He started filming in 1964 and made his first feature four years later. A child of 1968 and the Nouvelle Vague with a particular admiration for Godard, his films can be split into two periods. The first are underground works, hermetic visions of artistic alienation and, as the ’70s wore on, film portraits of the people around him, notably the German chanteuse Nico of “Velvet Underground” fame with whom he lived for ten years. These were Garrel’s wild years of drug addiction, permissiveness and extreme alienation, which culminated in a traumatic experience of electroshock treatment. They would haunt the films that followed. From 1979 he chose to move into a more narrative cinema, to tell the story of his life rather than immerse viewers in abstract hermetic visions that reflected it, often only obliquely. The result is an ongoing series of autobiographical films, one of the most coherent bodies of work in the cinema. Marriages come and go, children arrive and ask awkward questions, parents pass on their wisdom and die and the Garrel hero shuffles into middle age under the shadow of lost loves and the lost dreams of the 1968 rising. Garrel’s cinematic universe is a pared down, melancholy place two steps away from the home movie. It is suffused with a uniquely affecting tenderness, a sense of intimacy almost unknown elsewhere. The couple is always at the centre of this universe, the pursuit of love and its numerous difficulties being his constant theme and, for him, the only theme worth dealing with.
Garrel’s films are made up of moments, moments of day-to-day intimacy or alienation, often elliptically linked. Quiet conversations and silences between friends and lovers. And thought. Few other directors have made reflection so central to their filmmaking and almost none have captured it with such unforced grace. It is a cinema of contemplation rather than narrative. He shoots with the most basic means in an elegant, portrait like style. Sometimes he uses quite long takes, always with very little cutting around in a scene and often none at all. Scenes are filmed with a stillness and a patience that do the exact opposite of what most effective narrative cinema does, that is, to grab audiences and manipulate them into a state of false emotion.
Trabajando con presupuestos mínimos y en relativa oscuridad, apreciado por un pequeño número de seguidores fieles pero ignorado por el cine dominante, hasta el punto de que uno solo de sus films llegó a ser estrenado en el mundo anglófono (su opera prima, Marie pour mémoire, 1967), Philippe Garrel es el prototipo del poeta romántico solitario. Empezó a filmar en 1964, y rodó su primer largo tres años después. Hijo del Mayo Francés y de la Nouvelle Vague, con una admiración particular por Godard, su obra puede ser dividida en dos períodos. El primero comprende films subterráneos, visiones herméticas de alienación artística y, a medida que envejecen los años 70, retratos fílmicos de la gente que lo rodea, especialmente de Nico, la famosa cantante alemana de Velvet Underground, con la que convivió diez años. Estos fueron los años salvajes de la adicción a las drogas, los excesos y la alienación extrema, que desembocarían en la dramática experiencia del electroshock. Serían asimismo una presencia constante en los films que siguieron. A partir de 1979, Garrel deriva hacia un cine más narrativo, para contar la historia de su vida, y ya no, como antes, para sumergir a los espectadores en visiones herméticas y abstractas que la reflejaran, a menudo bastante oblicuamente. El resultado es una serie continua de films autobiográficos, uno de los corpus más coherentes de la historia del cine. Los matrimonios van y vienen, llegan los hijos y hacen preguntas incómodas, los padres transmiten su sabiduría y mueren, y el héroe garreliano trajina la edad madura bajo la sombra de amores perdidos y los perdidos sueños del alzamiento de 1968. El universo cinematográfico de Garrel se recorta, la melancolía lo distancia aun otro paso del film hogareño. Lo invade una ternura que nos afecta doblemente, un sentido de la intimidad casi desconocido en cualquier otro lado. La pareja siempre es el centro de este universo; la búsqueda del amor y sus numerosas dificultades, su tema constante y, para él, el único que vale la pena.
Los films de Garrel están hechos de momentos, momentos de intimidad o alienación cotidianas, a menudo ligados uno con otro de modo elíptico. Calmas conversaciones y silencios entre amigos y amantes. Y el pensamiento. Pocos directores han hecho de la reflexión algo tan central en su obra, y casi ninguno ha logrado capturarla con tan suave naturalidad. Es un cine de contemplación, más que narrativo. Con los medios más básicos entrega un fino estilo de retratista. A veces hace tomas bastante largas, con muy pocos cortes en una escena, a menudo ninguno. Sus escenas están rodadas con una calma y una paciencia que constituyen la precisa oposición de eso en lo que suele apoyarse la eficiencia de cierto cine narrativo: atrapar al público, manipularlo, llevándolo a un estado de falsa emoción.
en Senses of Cinema
 
Publicación original y subtítulos en castellano de tribu/firpo

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