Arsenevich: Ursula Meier

Un matrimonio y sus tres hijos viven felices en las proximidades de una autopista abandonada desde hace diez años. Cuando las obras de la autopista terminan y empiezan a circular por ella los primeros coches, deciden no quedarse quietos. Pero poco a poco este insoportable trafico trastornará el equilibrio de lo que hasta ahora había sido una familia unida. Su empeño por quedarse en su pequeño paraíso les llevará a perder progresivamente la razón.

Una casa junto a un tramo abandonado de autopista, una familia con tres hijos, un remanso de paz perdido en medio de una campiña anónima. Un padre robusto interpretado por Olivier Gourmet con zapatos de piel de cocodrilo, una madre especial, incluso ligeramente perturbada, interpretada por Isabelle Huppert, una hija mayor claramente rockera, una hija menor intelectual y neurótica y un hijo menor saltarín. Este es el retrato de una familia original, punto de partida del argumento de la primera película de Ursula Meier, Home. Una obra única en su género. Todo iba bien, pero un día la familia se entera por la radio de que van a reabrir la autopista. Se acaban los buenos tiempos, la paz y la tranquilidad. Llegan los, coches, camiones y todo tipo de estorbos. Las molestias de la vida cotidiana se vuelven rápidamente insuperables; aparecen preguntas sin respuesta; las personalidades se aferran; el equilibrio, hasta entonces estable, se tambalea. La vida de nuestros héroes da un vuelco. Ya sea una película anti-carretera, una historia de desintegración familiar, una fábula sobre la necesidad o el deseo de vivir de otra manera, una parábola ecológica o una parábola sobre la convivencia, Home no conoce etiquetas. Magistralmente interpretada por grandes y pequeños actores...

-- Paul Foucher

Described by director Ursula Meier as "a road movie in reverse", Home is an assured and unsettling comedy. Marthe (Isabelle Huppert) and Michel (Olivier Gourmet) lead a happily isolated life with their kids on the edge of an abandoned highway. Relishing their distance from the rest of society, the clan stage makeshift hockey matches, sunbathe in deckchairs near the road, and hold al fresco picnics in their extended backyard. It's only a matter of time, however, for the secluded idyll to be disrupted, contaminated, and dismantled. When the highway is reopened, the onslaught of cars zipping noisily by their house suggests a swarm of giant insects invading a garden. The family fabric crumbles: Marthe can't fall asleep anymore, teenage daughter Marion (Madeleine Budd) becomes obsessed with the toxins released by the machines, and young Julien (Kacey Mottet Klein) goes from seeing adventure in the changes to succumbing to apathy.