Italiano/Alemán (dual) | Subs: Castellano/English/FR (muxed)
238 min | x-264 1024x436 | 2355 kb/s | 192 kb/s AC3 (ambas bandas) | 23.97 fps
4,66 GB
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En 1864, Ludwing Wittelsbach llegó al trono de Bavaria cuando aún no
había cumplido los veinte años. El joven rey fue generoso y romántico, y
soñaba con traer la felicidad a su pueblo. Quería compartir su amor al
arte, a la paz y a la armonía universal. Confió en quienes le rodeaban,
pero le traicionaron llevando a Bavaria a una desastrosa guerra que la
dejaría en manos de Bismarck. Sus más fieles colaboradores sólo
mostraban incomprensión y actuaban en secreto en su contra, entre ellos
Richard Wagner, uno de los más beneficiados por su mecenazgo. Únicamente
su prima, Elisabetta, esposa del Emperador de Austria, mantendrá un
afecto casi maternal hacia él, pero Ludwig, ante las circunstancias que
el rodean, está convencido de su destino fatal.
"En Ludwig me sentí fascinado por la personalidad de un hombre que,
aunque cree en la monarquía absoluta, se siente infeliz y víctima. Lo
que me fascina es su faceta débil, la imposibilidad de vivir una
realidad diaria. Ludwig es un hombre que inspira pena, incluso cuando
piensa que ha vencido. Él es el perdedor en las relaciones que mantiene
con Wagner, con Elisabeth... Y cuando me dijeron que estaba escribiendo
mi propia autobiografía también en Ludwig, contesté: No, en absoluto. Me
fascina el hombre como caso clínico; la historia de una persona que
vive los límites extremos de lo excepcional, fuera de las normas. Y
también lo hacen los demás: Wagner, Elisabeth. Me interesa esta historia
de monstruos, de gente que vive fuera de la realidad de la vida
cotidiana. Pero no tengo afinidad alguna con esos personajes. No creo
ser una persona débil, ni un perdedor en la vida. De todas las
traiciones y engaños que he sufrido, he salido de una sola pieza,
mientras que Ludwig no pudo hacerlo. El sentimiento que me gustaría
producir con este film es de lástima." Luchino Visconti
Modern movies are short on elegance, but Luchino Visconti's Ludwig has
elegance to burn. It's not only the sumptuous and scrupulously realized
depiction of 19th century royal ceremony and trappings, which gleam with
old world glamor; it's also Visconti's long, fluid scenes and the
subtle play of emotions in the faces of beautiful Helmut Berger (as
Bavaria's King Ludwig II) and even more beautiful Romy Schneider (as his
cousin Elisabeth, Empress of Austria). From his coronation to when he
was deposed due to mental illness, Ludwig was a sad, eccentric figure,
obsessed with the mythic operas of Wagner (played by Trevor Howard,
Brief Encounter) and building fantastic (and woefully expensive)
castles. Ludwig follows the monarch's slow collapse with compassion and
nuance. The movie is full of odd, languid scenes, such as when Ludwig,
lying in bed, has a visiting actor deliver a romantic speech over and
over--Berger's haunted face and the buzz of servants constantly tending
to his whims make this sequence both comic and unsettling. Many will
find this four-hour-long movie hopelessly slow, but Visconti's portrayal
of the strange, arid life of royalty--indulged and lavish, yet deprived
of meaning--has a hypnotic power.
Una publicación original de saynomoreglass
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