20 octubre, 2020

Iván Osnovikoff & Bettina Perut - Los Reyes (2018)

 
Castellano | Subs: English/Castellano (muxed)
77 min | x-264 1920x1080 | 2800 kb/s | 192 kb/s AC3 | 25 fps
1,61 GB
Los Reyes es el parque de patinaje más antiguo de la capital chilena, Santiago. Esta historia es sobre los verdaderos reyes de aquí: Fútbol y Chola, dos perros callejeros que han hecho su hogar en este espacio abierto lleno de patinetas a toda velocidad y adolescentes bulliciosos. A la enérgica Chola le encanta jugar con las pelotas que encuentra tiradas por ahí. Las coloca en el borde de los hoyos donde los patinadores muestran sus trucos y trata de atraparla justo antes de que se caiga. El perro mayor, Fútbol, mira con impaciencia y ladra a Chola hasta que ésta finalmente suelta las pelotas. Los adolescentes que los rodean provienen de orígenes muy diferentes, a veces problemáticos. Cada uno de ellos tiene su propia historia, que nos cuentan en voz en off. En esta película casi de cuento de hadas, el fenomenal y onírico trabajo de cámara se centra casi por completo en la sutil interacción entre los dos perros, mientras juegan con una pelota, un palo, una piedra y el otro perro.
Fútbol y Chola, un viejo perro mestizo y una joven mezcla de Labrador, aparecen en todos los planos de la película. La atenta cámara de Pablo Valdes los sigue en todo momento, ya sea jugando alegremente en el parque, tumbados a la sombra o resguardados de la lluvia en sus casetas. No estamos ante una película pensada únicamente para los amantes de los animales. Fútbol y Chola son perros entrañables, a los que vamos tomando cariño a medida que avanza la película, pero Valdes se preocupa por grabar cada detalle de sus hocicos, dientes, patas y colas, incluso cuando están cubiertos de moscas. No siempre son visiones agradables, pero ayudan a los espectadores a empatizar con los protagonistas. Por otra parte, el apartado sonoro de la película se centra en los humanos que visitan el parque, sobre todo jóvenes patinadores a los que escuchamos hablar acerca de fumar marihuana, vender drogas, problemas familiares, problemas con la policía... Pero sobre todo de marihuana. A veces observamos algún plano detalle de sus manos, jugueteando con un encendedor, o de sus pies. Tan solo en una escena podemos alcanzar a ver una cara reflejada en un charco, formado tras una noche de lluvia intensa. La película no tiene música, pero el laborioso diseño de sonido (creado por Janis Grossmann y Roberto Espinoza) aporta numerosos detalles y capas a la narrativa, principalmente a la atmósfera, construida a base de ruidos naturales presentes en la localización, en lugar de utilizar efectos digitales. Los Reyes es definitivamente un lugar de lo más auténtico. El universo del parque se nos presenta con toda su riqueza, y el hecho de mostrarlo desde la perspectiva de los perros se complementa perfectamente con el intenso apartado sonoro. Después de todo, está demostrado que el sentido del oído está mucho más desarrollado en los perros que la vista. La película presenta también algunos momentos cómicos, derivados de la propia experiencia del espectador y su relación con los animales. Fútbol siempre tiene algo en la boca, ya sea una pelota, una botella de plástico, una rama o una lata de refresco arrugada. Chola siempre está persiguiendo su pelota de tenis favorita, que protagoniza una maravillosa interacción entre los dos protagonistas: en cierto momento, los perros empujan la pelota por el borde de una rampa, observando cómo desciende hasta acabar entre las ruedas de un monopatín. Los Reyes es un documental poco convencional que requiere un esfuerzo por parte del espectador. Si este se adapta al ritmo del film, poniéndose en el lugar de los animales, las conversaciones humanas cobran de repente un significado mucho mayor, mientras que su dinámica se vuelve más intensa. ~~ Cineuropa
 Los Reyes (“The Kings”) is the oldest skatepark in the Chilean capital of Santiago. This story is about the real kings here: Football and Chola, two stray dogs that have made their home in this open space full of hurtling skateboards and rowdy teenagers. The energetic Chola loves to play with the balls she finds lying around. She positions them at the edge of the bowls where the skaters show off their tricks and tries to catch them just before they fall down. The older dog, Football, looks on impatiently and barks at Chola until she finally drops the balls. The teenagers around them come from very different, sometimes troubled backgrounds. They each have their own story, which they recount to us in voiceover. In this almost fairy-tale-like film, the phenomenal, dreamlike camerawork centers almost entirely on the subtle interaction between the two dogs, as they play with a ball, a stick, a stone and each other.
  
 The setting is an average skateboard park in the middle of a big city ... in this case, Santiago, Chile. The filmmakers originally set out to make a film about the teens and early twenty-somethings who frequent the park, but had trouble getting them to talk on camera (understandably, it turns out). Eventually, the documentarians noticed the two large dogs that appeared to live in the park: a black lab-ish female and a shaggy, bearlike but easygoing male.

So the filmmakers chose to shoot a documentary about the dogs instead; at least, that's what they SAID they were doing. And in fact, the pair of canines fill the screen for most of the 78 minutes of this largely wordless documentary -- you see their toys, their habits, how they treat each other, the lab chases passing donkeys and motorcycles, and they occasionally interact with humans but seem largely unconcerned with most of the scraping and rattling skateboards whizzing around them.

However, the microphone also periodically picked up conversations between the skateboarders: discussions of drug deals, booze and pot benders, reports of arguments with family, violent confrontations with cops, phone chats with friends who are new or expectant mothers, honest self-assessments of faults, errors, and the aimlessness of their lives.

It's a curiously calm, mostly relaxed series of days, nights, weather changes, with no ostensible story arc let alone onscreen drama (at least in human terms). The park's street art and graffiti get temporarily painted over and speakers and bleachers are set up for a festival that only mildly disrupts the life of the "residents" . . . the dogs appropriate soccer balls and tennis balls, and the lab creates her own games with them (the other dog seems to prefer wrestling with and carrying large stones) . . . park maintenance people and sprinkler systems do their stuff in and around the other activities . . . someone sets up doghouse-shelters for the residents that they eventually make some use of.

Over the course of two years of shooting, the dogs got quite accustomed to the cameras being (literally) in their face. You get extreme closeups of nostrils, eyes, flies walking and laying eggs on fur, paw pads that resemble geologic formations with tufts of grass (the dog hairs) sticking out from between them. There may even be an onscreen death, which -- if that's what happened -- is the most subtle yet startling mortal event yet captured on screen, but if not, is still a beautiful piece of artistic license.

Not a film for everyone, this is an unusual and thought-provoking piece of work -- wonderfully shot.

English subs are my own 


Web rip y capturas de RiYe (KG)
 
 

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