Arsenevich: Noémie Lvovsky - Oublie-moi (1994)

Francés | Subs: Castellano/English (muxed)

96 min | x264 656x572 ~> 915x572 | 1800 kb/s | 256 kb/s AC3 | 24 fps

1,38 GB

Olvídame

Nathalie ama a un hombre que ya no está interesado en ella. El hombre que sí la ama le da más que nada disgustos. Tiene encuentros fugaces y se sumerge irreflexivamente en aventuras estériles...

Nathalie, que ocupa casi todos los planos de la ópera prima de Noemie Lvovsky de 1994, es una vagabunda sexual de veintitantos años, enfadada, despistada y obsesivamente temerosa de la soledad; se siente asfixiada por el amante que vive con ella, acosa a otro hombre que la ha abandonado y se la juega al novio de su mejor amiga. Lvovksy utiliza primeros planos ajustados para transmitir la claustrofobia emocional, y la cámara en mano aumenta la energía nerviosa y la sensación de imprevisibilidad. Sus jóvenes y marginados personajes pasan el tiempo bebiendo, discutiendo y charlando sin ningún objetivo, pero Lvovsky tiene un gran oído para el tipo de conversación que revela profundas frustraciones; se trata de gente desesperada, caprichosa y poco romántica. En el papel de Nathalie, Valeria Bruni-Tedeschi hace una interpretación feroz, atreviéndose a representar a una mujer como una espantosa merodeadora sexual.

Forget Me

Nathalie loves a man who is no longer interested in her. The man who does love her mainly gives her heartache. She has fleeting and chance encounters with people and plunges unthinkingly into barren adventures...

Nathalie, who occupies nearly every frame of Noemie Lvovsky's 1994 first feature, is a sexual drifter in her mid-20's, angry, clueless, and obsessively fearful of loneliness; she feels stifled by her live-in lover, harasses another man who's dumped her, and puts the make on her best friend's boyfriend. Lvovksy uses tight close-ups to convey emotional claustrophobia, and the jittery handheld camera adds to the nervous energy and sense of unpredictability. Her young, disenfranchised characters spend their time drinking, arguing, and chatting aimlessly, yet Lvovsky has a keen ear for the kind of small talk that betrays deep frustration; these are desperate, capricious, unromantic people. As Nathalie, Valeria Bruni-Tedeschi gives a fierce performance, daring to portray a woman as a frightful sexual prowler.