Arsenevich: Andrei Tarkovsky (h) - Andrei Tarkovsky. El cine como plegaria (2019)

El hijo del gran maestro utiliza grabaciones de audio, entrevistas de video, lecciones de dirección (en su mayoría materiales inéditos) que se encontraban en el Archivo Tarkovsky de Florencia y propone una síntesis del cine de su padre utilizando el método del orden cronológico pero eligiendo no utilizar otras voces que la de su padre, y, en ocasiones, la de su abuelo Arseny Tarkovsky leyendo sus propios poemas.

El hecho de que los materiales que han permitido realizar este interesante documental estén en Florencia, en lugar de Moscú, ya puede hacernos reflexionar sobre la relación de Tarkovsky con su patria y, sobre todo, con aquellos que se mantenían firmes (nota mía: léase S. Bondarchuk y cía) tras los obstáculos puestos por el poder soviético en la presentación de Stalker en el Festival de Cannes.

La religiosidad en el cine de Tarkovsky es siempre un viaje interior que no tiene nada de catequístico o proselitista. La suya es una fe vivida que nunca es propaganda. Al igual que el protagonista de su obra maestra Andrei Rublev, el director expresa su fe en una investigación formal que se convierte en sustancia en cada toma que se convierte en un icono en movimiento del que extraer profundos significados.

Su hijo Andrei nos permite entender las raíces de esta forma de hacer cine volviendo a la dinámica relacional de Tarkovsky con sus padres. También se nos ofrece la oportunidad de conocer las valoraciones que el propio autor hizo de sus obras. Este documental acaba siendo, pues, una especie de diario íntimo involuntario del gran maestro ruso.

Un collage hecho con mucho cariño por parte del hijo de Tarkovsky

Me resultó emocionante que Tarkovsky incluyera a Bresson

junto a Bach, Leonardo y Tolstoi en su pequeña lista de genios locos.

Subtítulos en castellano míos

El título del film es solo una imitación del título italiano.

Andrey Tarkovsky. A Cinema Prayer

Andrey Tarkovsky. A Cinema Prayer was made by Tarkovsky’s son, Andrey A. Tarkovsky. He allows his father to comment on his approach to filmmaking and his conception of the artist entirely in his own words, gathering recordings together with archival footage of him on set, and clips from his masterpieces. As a tribute, it is clearly a very personal labour of love, but that does not prevent it from having wider concerns to convey, in the form of the principles that meant everything to the director and were the key to his imagery of such authenticity.