23 diciembre, 2022

Ingmar Bergman - Persona (1966)


 
Sueco | Subs:Castellano/English/Français (muxed)
84 min | x264 986x720 | 9100 kb/s | 192 kb/s AC3 | 23.97 fps
5,58 GB
Elisabeth (Liv Ullmann), es una conocida actriz teatral que durante una representación de Electra se queda sin habla. Ingresada en un hospital, aunque no sufre ningún tipo de enfermedad continúa sin pronunciar sonido alguno. Para sacarla de su mutismo, se traslada junto con Alma (Bibi Andersson), su enfermera, a una casa de verano.
“Persona”(1966) es la película número 27 de Ingmar Bergman. Con ella y “Gritos y susurros” (1972), según el mismo director habría llegado al límite de sus posibilidades creativas. Lo que el director entiende aquí por llegar a su propio límite tiene también que ver con su propia concepción de la relación que se establece entre arte y vida. Recorriendo en sus memorias su producción artística, Bergman reconoce que habiendo probado todos los medios de expresión artística, todos ellos le parecían insuficientes, mientras que con “Persona” es capaz de mostrar aquello que es solo mostrable a partir del medio cinematográfico.
“Persona” se gesta además en un momento de crisis personal del director. Convalesciente a causa de una neumonía y superado por la carga burocrática que le supone la dirección del teatro, experimenta un retiro similar al de los personajes. No en vano, dijo en algún momento “Elisabet Vogler soy yo”. Y afirma rotundamente en su biografía Imágenes que, de hecho, “Persona” le salvó la vida.“Persona” es una obra singular en su género. Diríamos con propiedad que ella misma es su propio género y estamos de acuerdo con Bergman que aquello que se muestra en la película solo podría ser mostrado en este formato. La película es en sí un ejercicio de reflexión filosófica cuyo contenido y forma son indisolubles. “Persona” no debía llamarse en realidad así sino que el título original del film era “Cinematografía”. (Fragmentito del texto de Núria Sara Miras Boronat, tomado de “Máscara, lenguaje y el sueño imposible de ser. Una lectura filosófica de “Persona” de Ingmar Bergman.”)
 La dominación por el silencio, creando la necesidad de contacto humano verbal en el ser más indefenso o, al menos, más confiado, se muestra en la película como aparente tema central de la misma. El proceso de vampirización entre la enfermera y la actriz "muda", se me antoja insuperable, el grado de identificación progresiva entre ambos personajes queda explícito en un genial primer plano —acusado en su momento de demasiado ingenuo— de ambas en total conexión, que, posteriormente, ha sido utilizado en alguna ocasión por otros directores, pero que nunca se ha superado en el clímax conseguido por la aparición de los rostros integrados, en una muestra más de la enorme habilidad del realizador para explorar el interior de los seres a través del rostro humano.
Sin embargo, esta dominación no me parece, en absoluto premeditada, no olvidemos que la actriz se encuentra aislada con la enfermera debido a unos problemas mentales difusamente planteados en el film, que le impiden voluntaria o involuntariamente comunicarse verbalmente. Parece evidente que existe una voluntariedad en la falta de habla en la actriz, que obedece más a una toma de postura ante la vida que a un intento de dominación sobre otras personas. Cuando deja de hablar —en una representación teatral, su trabajo— no se plantea ninguna relación de dominio sobre los demás, simplemente decide que su forma de vida y su trabajo son accesorios para su existencia y decide prescindir de lo accesorio para concentrarse en lo esencial buscando una respuesta a su angustia existencial.
 De esta forma lo que la película propone, es el enfrentamiento entre dos personas, en todo el significado de la palabra persona, con diferentes planteamientos existenciales, así como el conflicto y la simbiosis que se produce entre ellas, a lo largo de su enfrentamiento, aunque parece que el director toma partido, eso sí, en el sentido de que la persona de planteamientos más puros y esenciales prevalece sobre la otra, más terrena y con más necesidades.
En la base del film Bergman trata de realizar una exposición del vacío existencial de las personas, el terror a la nada y a la falta de significado de sus vidas que es la razón por la que la actriz, consciente de esa nada, considera inútil su actividad, de ridícula importancia frente a la magnitud de ese vacío y el terror que genera. La consciencia de la muerte como desaparición total y absoluta planea también, de este modo, en la película como en tantas otras en la obra de su director.
Además, el hecho de que la actividad de la protagonista sea actuar, junto con el juego de imágenes aparentemente —solo aparentemente— ajenas a la trama que Bergman utiliza desde el mismo comienzo —espectacular por lo inhabitual— del film son elementos que le permiten al director extenderse en una reflexión sobre la representación y la realidad, sobre la apariencia y la verdad también presente en otras películas suyas. La máscara, como símbolo de representación y de ocultamiento de la realidad. (Tomado de Tren de Sombras)
Ingmar Bergman's 1966 film, photographed by Sven Nykvist, begins when famous actress Elisabeth Vogler (Liv Ullmann) freezes on stage in the middle of a performance. Struck dumb by an unknown cause, she winds up in the care of young inexperienced nurse Alma (Bibi Andersson), and together they retreat to the seaside for the summer, where they enter into an uncommon intimacy and clash of wills. Bergman's study of the fragility of the human being and the treachery of life is incredibly moving in its perception and unrivaled imagery. And as always with Bergman and his reappearing ensemble of actors, the performances are flawless. Especially notable is the scene in which Alma recounts for the silent Elisabeth a morally and emotionally ambivalent erotic encounter she had experienced on a beach with a friend and two teenage boys. It is one of the most strangely erotic scenes ever filmed, and not a stitch of clothing is removed. Also of interest, and one of the most intriguing scenes in the film, perhaps among the most intriguing in all of cinema, is when Elisabeth paces barefooted back and forth over a patio on which we know there to be broken glass. It is an achievement in simple suspense from which many an aspiring director of thrillers could learn a bit. For those who've had their fill of predictable plots, irrelevant matter, and apish acting and are looking for something a little more sensual, poetic, and relevant to what life is about beyond the daily grind, this may be a good place to start. --James McGrath
"No conozco a nadie que sepa tanto sobre el ser humano como Bergman." Max von Sydow
 
"Tengo la sensación de que en Persona he llegado al límite de mis posibilidades. Que en plena libertad, he rozado esos secretos sin palabras que sólo la cinematografía es capaz de sacar a la luz." Ingmar Bergman
 

 BR rip propio de la edición Criterion bajada de rutracker
 
Todo el texto es de la publicación original (2010) del amigo saynomoreglass


 

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