Francés | Subs: Castellano/English/Portuguès/Français (muxed)
96 min | x-264 1194x720 | 6400 kb/s | 256 kb/s AC3 | 24 fps
4,48 GB
4,48 GB
Lleno de súper
La historia comienza como una road-movie, en la que Klouk es obligado por circunstancias laborales a llevar un coche al sur de Francia. Un amigo lo acompaña, y en el camino, otros dos bichos raros se les unen. Klouk había planeado pasar el fin de semana tranquilamente en compañía de su esposa, pero el jefe del garaje de Lille que lo emplea lo convoca, bajo pena de despido inmediato, a conducir el auto americano de un cliente al sur de Francia. Klouk intenta en vano explicar la situación a su esposa, y luego de una escena de gritos con ella, va a proponer a Philippe, un amigo enfermero, que lo acompañe. Después de unas horas en la carretera, los dos hombres se ven forzados a recoger a Charles, que los convence para que coman en el hotel-restaurante parisino donde tiene su lugar habitual y donde comparte habitación con su amigo, Daniel. Al poco tiempo los cuatro se encuentran en camino al sur...
Las jóvenes Producciones de la Guéville lanzadas por Yves Robert solo pudieron dedicar un presupuesto microscópico a este proyecto. Pero esta economía de medios corresponde perfectamente al tono de la película, y permite a Cavalier hacer su primer gran cambio como cineasta, que consiste en quitar los planos generales y filmar "a mano". Sin grúa, sin reflectores (durante las siete semanas de rodaje, cuatro semanas se hacen sin siquiera un reflector, las sábanas blancas fueron suficientes para iluminar las caras), sin grandes preparativos, ni extras, ni bomberos para la lluvia... El equipo (todos reciben el mismo salario) se mete en la Chevrolet Station Wagon comprada de segunda mano para la película: los cuatro actores en su lugar en el vehículo, Cavalier, el director de fotografía Jean-François Robin y el ingeniero de sonido metidos en el compartimiento de atrás. La película se rueda en la carretera, en el camino de la historia. Recorren muchos kilómetros de asfalto, comen pasta y sardinas, y beben granadina. Desde el guión hasta el rodaje, todo contribuye a hacer realidad la idea del cine llevado por Cavalier: la elección de la road movie para escapar de los estudios, los actores que colaboran con el guión porque la película debe venir absolutamente de ellos para que la frontera entre la realidad y la ficción se desvanezca y se olvide, el Chevrolet que limita al mínimo el número de técnicos... Todo está convocado para que con su pequeña cámara y el equipo de filmación, Cavalier pueda captar el momento, una verdad, en definitiva todo lo que se espera del cine.
Las cámaras de vídeo no existían todavía, pero ya la cámara era muy manejable (por otro lado, el cargador era muy pequeño) y el sonido podía ser grabado en vivo, lo que le permitió al cineasta filmar cuando el impulso estaba ahí, cuando ocurrían cosas inesperadas, cuando el sentimiento de verdad que quería poner en la película temblaba en el aire. Un método de filmación que no se puede hacer con un equipo - incluso uno pequeño - esperando en el fondo. Que los colaboradores de Cavalier se presten al juego, acepten las reglas, es por supuesto una condición sine qua non del proyecto. En Le Plein de super, la alquimia es total y Cavalier está encantado de poder filmar por fin a actores que no llevan maquillaje. Para él, cuando nos maquillamos, somos todos iguales, y lo que busca es lo único y misterioso de cada uno de nosotros.
La liviandad del dispositivo y la locura de los cuatro actores hacen de Le Plein de super una película de increíble vitalidad. Se puede sentir la complicidad del grupo, una naturalidad en el juego que se hace más evidente por el hecho de que la dirección está enteramente al servicio de los actores. Todo parece fluir de la fuente y sin embargo todo está escrito hasta la última coma. A pesar de su apariencia, Le Plein de super no es una película improvisada, rodada a la primera de cambio, una "película de amigos", sino una película pensada con su correspondiente guión, y es, en efecto, el dispositivo puesto en marcha por Cavalier el que permite a la película llegar a su verdad y trascender el material escrito.
La liviandad del dispositivo y la locura de los cuatro actores hacen de Le Plein de super una película de increíble vitalidad. Se puede sentir la complicidad del grupo, una naturalidad en el juego que se hace más evidente por el hecho de que la dirección está enteramente al servicio de los actores. Todo parece fluir de la fuente y sin embargo todo está escrito hasta la última coma. A pesar de su apariencia, Le Plein de super no es una película improvisada, rodada a la primera de cambio, una "película de amigos", sino una película pensada con su correspondiente guión, y es, en efecto, el dispositivo puesto en marcha por Cavalier el que permite a la película llegar a su verdad y trascender el material escrito.
Le Plein de super es tan trivial como delicada, tan molesta como irónica, tan burlesca como poética. Los cuatro tipos son insolentes, exasperantes, a veces un poco tontos o incluso insoportables, pero siempre conmovedores. Un poco perdidos en este período post 68, no saben realmente cómo lidiar con la vida, con las mujeres; y compartimos totalmente este sentimiento de perdición que nunca deja de pasar por ellos. Como nosotros, los espectadores, Alain Cavalier es llevado constantemente por sus actores, casi con fascinación. Como resultado, la película no siempre se mantiene unida, algunas secuencias se caen un poco, y tenemos la impresión de que Cavalier casi se siente obligado a filmar ciertas escenas en las que no cree realmente. Si los cuatro actores nos emocionan, su actuación tampoco está exenta de defectos. Tal vez por miedo a ser asimilados a sus personajes y luego ser reprochados por no actuar sino simplemente ser "ellos", comienzan a agregar un poco más, a ser "el actor". Aunque Cavalier sueñe con una naturalidad inmediata, con un juego que salga de la vida, uno debe lidiar con la verdad de que un actor sigue siendo un actor en el fondo. En sus películas posteriores, aunque su relación con los actores seguiría siendo singular, Cavalier aceptará la idea de una dirección necesaria para sus actores. Pero incluso si aquí el cuarteto a veces se altera, podemos perdonarlos fácilmente por estas pocas desviaciones, que en última instancia son muy menores en vista de la increíble vitalidad y realidad que entrega esta película. -- Todo el texto adaptado del artículo de Olivier Bitoun publicado en dvdklassik.
When a young auto salesman is forced to give up a vacation with his wife in order to drive a big American car to its new owner who lives on the Riviera, he makes the best of things. First, he gets and old friend to ride along with him. Then, the two of them are joined by another pair of men who want to ride south.
Made in 1975, Alain Cavalier’s Fill ‘er Up With Super is a well-kept secret among French cinephiles. A road movie set in the south of France, it chronicles – through a series of comic and touching vignettes – the burgeoning friendship among four men forced to share a station wagon. Even in its more surreal or cinematic moments, Fill ‘er Up With Super feels incredibly fresh, authentic and uncensored; made like a shoestring documentary (with the director, camera and sound guys squeezed into the car’s backseat), it’s a heady, poignant artefact of ’70s filmmaking.
BR rip de bruno 321 (KG)
Bruno aplicó filtros para mejorar los colores
Bruno aplicó filtros para mejorar los colores
(Exclamation-mark-happy) English subs by MiTHODISM (KG)
Subtítulos en castellano de un servidor.
El título es una traducción aproximada.
Es una pena que esta película no haya pasado del "cabotaje" francés en su momento. Es muy original, una road movie tal vez adelantada a su tiempo y un retrato de la eterna adolescencia en que vivimos la mayoría de los hombres (hasta tiene un desnudo femenino absolutamente innecesario pero muy grato, ver fotograma). También es mucho más que eso.
Subtítulos en castellano de un servidor.
El título es una traducción aproximada.
Es una pena que esta película no haya pasado del "cabotaje" francés en su momento. Es muy original, una road movie tal vez adelantada a su tiempo y un retrato de la eterna adolescencia en que vivimos la mayoría de los hombres (hasta tiene un desnudo femenino absolutamente innecesario pero muy grato, ver fotograma). También es mucho más que eso.
Me la llevo por road movie.
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